4.Blood
Llamé al trabajo para decir que no iría y seguí durmiendo, estaba
demasiado cansada como para ir a trabajar así que seguí durmiendo sin
importarme la hora que era. No me apetecía comer por lo que ni me moví de la
cama hasta entrada la tarde.
Cuando oscureció me levante por fin y me fui a bañar, mientras la
bañera se llenaba me quite la ropa, me quede mirando el cuerpo viendo varias
marcas más de ellos que no había visto. Suspire y me metí dentro de la bañera
cerrando el grifo del agua. Me sumergí en el agua mojando todo el cuerpo y
cabello y luego comencé a pasarme la espuma por los brazos y el pecho. Me quede
un rato así hasta que note que había alguien más en el baño, abrí los ojos y vi
que era Jayy, ladee la cabeza mirándole.
-
¿Qué se supone que
haces aquí Jayy? – me senté en la bañera sin dejar de míralo.
-
Estaba preocupado
por ti, fui a verte al trabajo pero me dijeron que te encontrabas mal y que no
habías ido – dijo mientras se acercaba a la bañera y se fue quitando la ropa.
Cuando quedó frente al borde, encogí las piernas para que pudiera entrar
en esta, él entro tranquilamente y se sentó poniendo las piernas a los lados de
mi cuerpo, sonrío y se pasó agua por su cuerpo.
-
Siento mucho lo de
las marcas. No era mi intención, pero olías muy bien excitada- dijo con media
sonrisa sin dejar de mirarme.
Me sonroje cuando dijo aquello y agache la cabeza un poco jugueteando
con la espuma que quedaba flotando aun por el agua.
-
No importa, me lo
pase muy bien – alcé la cabeza y sonreí.
Vi que se acercaba a mí y me dio un beso en los labios, se lo
correspondí y luego cogí el champú para que me lavase el cabello. Cuando
terminó de enjabonar todo mi cuerpo, me di cuenta de que estaba sentada encima de
él, con la espalda arqueada hacia atrás jadeando por las lamidas que me hacía
en mi pecho, una de sus manos estaba en un pecho y la otra jugaba entre mis
piernas.
Aquel juego seguía gustándome cada vez más, por suerte la noche
anterior a conocerlos, ya hacia como un año que no era virgen por lo tanto era
menos vergonzoso hacer todo aquello. Me gustaba tanto aquello que cuando vi que
se abría una herida en la muñeca sin darme cuenta me lancé a esta a succionar
aquella sangre rojiza.
Me alzó fácilmente cuando se levantó de la bañera, mientras me
entretenía lamiendo su cuello y pecho, note debajo de mí la cama y luego a él
encima acomodándose entre mis piernas. Le mire con lujuria y los ojos
entrecerrados.
-
Anda… dame más… más
de ti… - dije entre suspiros y jadeos esperando a que me diera más sangre
Jayy simplemente sonrío y me beso notando como se llenaba de sangre mi
boca, comencé a frotarme contra su cadera buscando más contacto de él. Todo mi
cuerpo se iba calentando pidiendo más.
Entró en mi haciendo que soltara un gemido de placer, cerré los ojos y
me deje llevar por las sensaciones y todo lo que Jayy hacia sobre mi cuerpo, movía
mi cuerpo como quería y yo me dejaba hacer, todo mi ser vibraba con aquel sexo
que me daba, haciendo que volviera a perder la noción del tiempo.
Cansada y sin poder moverme me quede jadeando y temblando tumbada en
la cama cuando por fin Jayy terminó con aquel ritual.
-
Voy a buscarte algo
de comida – sonrió acariciándome la cabeza, me dio un beso en esta y yo cerré
los ojos.
Cuando los abrí él ya no estaba en el piso, me fui a la ducha a
pasarme el agua, me sequé bien el cuerpo y luego me puse el pijama regresando a
la cama a esperarle a ver que me traía para cenar.
Me quede medio dormida esperándole, cuando abrí los ojos vi que había vuelto
y me esperaba al lado de la cama, me levante y le tome la mano yendo al salón a
comer.
-
¿Luego quieres
volver al estudio de grabación? Dahvie tiene ganas de verte. – sonrió sirviéndome
la comida.
Vi que había traído espaguetis a la carbonara y un gran chuletón,
suspire al ver que todo lo que había me gustaba y sin responderle comencé a comer.
-
Me parece genial,
yo también tengo ganas de volver a verlo. – sonreí después de tragar los
espaguetis. – Pero nada de sexo, vais a matarme entre los dos. – murmure llevando
a la boca un trozo del chuletón.
-
Tranquila seremos
buenos por unos días – soltó una carcajada mientras se sentaba enfrente y me
miraba mientras comía.
Luego de recoger los platos y lavarlos, me vestí con algo sencillo,
unos pantalones negros, una camiseta negra de manga larga y un jersey también
negro. Cogí la cartera y regrese al lado de Jayy, cogí las llaves y salimos del
apartamento cerré con la llave y luego fuimos al ascensor para salir.
Ya afuera, respiré hondo notando que el aire me enfriaba un poco y me
puse a caminar al lado de Jayy tomados de la mano yendo hacia el local, fijándome
por dónde íbamos para la próxima ir sola a verlos.