1. ¿Quién es Deborah F. Muñoz? Cuéntanos quién eres, de dónde vienes y a dónde vas.
Pues soy una profesional del marketing que siente pasión por los libros, tanto por leerlos como por crearlos. En mi tiempo libre, aparte de salir con las amigas, también me gusta leer cómics, ver películas mientras tejo bufandas (estoy planteándome pasarme a los gorros, pero no tengo un telar apropiado todavía), experimentar con la repostería, hacer ilustraciones, vivir aventuras y viajar todo lo que puedo (tras lo cual hago una extensísima crónica en escribolee; la última, de mi viaje a Japón, consta de nueve entradas con un largo texto, imágenes y hasta vídeos).
Vengo del mundillo de los blogs. Me hice el primero (la blognovela de Atrapada en otra dimensión) por insistencia de una amiga y, cuando me quise dar cuenta, tenía otro blog de relatos, escribolee, y uno más de reseñas y cultura, escriboleeo, que actualizo varias veces por semana. Era inevitable que, gracias a ellos, comenzara a conocer a gente con mis mismas aficiones y, poco a poco, fui metiéndome en este mundillo y ganando lectores que, con sus comentarios, me animaban a seguir y me ayudaban a mejorar... Todo eso fue creciendo lentamente hasta el punto actual.
En cuanto a dónde voy, en lo literario no tengo ninguna meta trazada; solo sé que deseo seguir creciendo por este camino sin dejar de disfrutarlo y sin renunciar a la ética. Así que me esfuerzo mucho por seguir mejorando: hago cursos, voy a charlas y, sobre todo, leo y escribo sin parar.
2. ¿Qué te llevó a escribir?
Escribo desde siempre, pero todo se quedaba en el cajón y no lo hacía de forma tan... compulsiva como ahora. No obstante, un día me llegó al mail una convocatoria para mandar relatos a una revista y, en secreto, mandé un microrrelato. Para mi sorpresa, me lo publicaron, lo que me dio un poquito de seguridad y empecé a escribir más relatos, muchos de los cuales presentaba a concursos literarios (algunos los gané, muchísimos no).
Paralelamente, una amiga se puso pesada con lo de que me hiciera un blog y, por complacerla, empecé Atrapada en otra dimensión. Me gustó la experiencia, así que, con la idea de que no se desperdiciaran los relatos que había presentado a los concursos y que no ganaron, creé escribolee. Para cuando se me acabaron dichos relatos ya daba igual, porque me había apuntado a tantos grupos de escritura y a tantos proyectos que lo de escribir era un no parar y siempre tenía textos que publicar.
Los relatos se me quedaban cortos para ciertas historias, así que acabé mi primera novela, que llevaba rondando por casa desde que tenía doce años y no publicaré hasta que la haya reescrito, y seguí escribiendo muchas otras, algunas ya publicadas, otras no (de momento).
3. Háblanos de Amigos o algo más
Del argumento no quiero decir mucho, salvo que el destino consigue que Ana, una chica normal y corriente pero muy independiente y con mucho carácter, se cruce con Leo, un chico que lo tiene todo pero que no está en su mejor momento. De forma inexplicable, se convierten en grandes amigos pero, aunque ninguno desea nada más, las cosas se les van un poco de las manos...
Cuando concebí Amigos o algo más, no tenía claro más que dos cosas: quería escribir una novela romántica con personajes actuales y cercanos (por aquel entonces solo conocía a las autoras románticas clásicas, con sus historias un poco demasiado americanas para mi gusto) y el protagonista tenía que llevar un parche en el ojo. Le tenía en mi mente, así que empecé a hacerme preguntas. ¿Quién es? ¿Qué hace con ese parche? Poco a poco, las preguntas me llevaron a Leo y a Ana en las primeras escenas. Escribí la novela del tirón y la dejé un poco olvidada, a la cola de otros proyectos, hasta que mi editor, Sergio, al que conocía porque participaba en la antología 150 rosas, me llamó por teléfono y me dijo algo así como: “Oye, me gusta cómo escribes, ¿no tendrás alguna novela acabada e inédita?”. Entonces pensé en la mejor novela acabada e inédita que tenía guardada y le mandé esta.
Entre los dos la trabajamos muchísimo, de hecho, se podría decir que la volví a reescribir otra vez para mejorarla con sus comentarios y añadir cosas que en un primer momento no había escrito por no solerse ver en la novela romántica, como una escena de sexo incómodo (de ese que tienes sin ganas pero no sabes cómo parar sin ofender al otro) entre los protagonistas.
Al final, el trabajo mereció la pena y estoy muy orgullosa del resultado, además, la portada me tiene enamorada.
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4. ¿Eres de brújula o de mapa?
Digamos que, cuando escribo, hago dos viajes: el primero con brújula y el segundo con mapa. En principio soy de brújula: no sé lo que va a pasar hasta que lo escribo, me dejo llevar por los personajes y solo les pongo algunas piedras en el camino con la idea de llevarles por donde quiero (cosa que no siempre logro). No obstante, tras dejar reposar la novela, la releo y hago un mapa donde reorganizo la estructura, añado y quito cosas... Con esa base reescribo la novela antes de que pase por el proceso final de pulido y corrección.
5. Escritor de cabecera
Leo mucho y no tengo un escritor que me sirva de ejemplo (o, más bien, todos me sirven de ejemplo en mayor o menor medida) aunque me encantan, por ejemplo, Noelia Amarillo, Javier Negrete, R. A. Salvatore, Karen Marie Moning...
6. Háblanos de Incursores de la noche
El origen del libro es un poco aleatorio: acababa de terminar la blognovela de Atrapada en otra dimensión, que es muy humorística y alocada, y me apetecía empezar otra blognovela que no tuviera nada que ver. Barajé varias opciones: algo de fantasía con un semielfo como protagonista, una novela ciberpunk (que es un género que me encanta aunque no haya casi nada publicado), un poco de romance... No me decidía, así que dije: “¿Qué demonios?, voy a hacerlo todo”. Así que, tras un largo proceso de creación del mundo, cogí todo lo que me encantaba de las historias de fantasía más aventureras y aproveché el entorno ciberpunk para dar alguna vuelta de tuerca a ciertos estereotipos de personajes.
El proceso de escritura también fue curioso: por aquel entonces ya tenía un pequeño grupo de lectores que fueron dando sus opiniones y sugerencias y, como lo iba escribiendo conforme publicaba las entradas y ya he dicho que soy de brújula en una primera fase, seguí un poco las pautas que me marcaban.
El resultado lo reescribí para la primera edición en papel, que ya contenía escenas inéditas y, para la reedición de Amazon, volví a reescribirlo (aunque no tanto, porque ya estaba bastante bien), además de hacer ilustraciones para los inicios de capítulo y añadir un glosario y algunos relatos cortos relacionados con los personajes.
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7. Próximos proyectos
Ahora mismo estoy acabando de reescribir la historia de Charles, uno de los amigos de Leo en Amigos o algo más. No puedo decir nada más del argumento, porque desvelaría antes de tiempo un misterio que tiene enredados a muchos lectores: quién es su pareja. Y es que aparece en Amigos o algo más, pero solo una persona de entre todos los que han especulado con la identidad de la misteriosa novia ha acertado.
Luego me voy a poner a ilustrar un cuento y después ya toca acabar la novela de Sombra, el elfo nigromante de Incursores de la noche. Por circunstancias la tuve que dejar a medias y tengo muchos lectores que no paran de insistir en que la saque de una vez.
También está en proyecto seguir recopilando mis relatos en antologías. Como ya he hecho una de microrrelatos (126 trocitos) y otra de fantasía y ciencia ficción (48 trozos) creo que toca la romántica. Pero a saber.
8. Género que no te atrevas a escribir y cuál estás más a gusto escribiendo
Creo que, al menos con los relatos, me he atrevido con todos los géneros posibles. Hasta he hecho textos cuyas palabras empiezan por las letras del abecedario en orden, entre otros experimentos. Si algo no me acaba de salir, hago pruebas hasta que me sale, así que le he perdido el miedo a todo aunque, respondiendo a la segunda pregunta, me siento a gusto con todos los géneros menos con el misterio, porque siempre tengo la sensación de que soy demasiado obvia.
9. ¿Has sufrido el “Bloqueo del escritor”?
¡Siempre! Yo no tengo musas, ni nada que se le parezca: escribo a base de esfuerzo y cabezonería, de lo que tecleo tengo que borrar casi todo. Todo está en ponerse: escribes, reescribes, reescribes más y, a la larga, te sale algo digno. Entonces reescribes otra vez y te sale algo bueno. Y así sucesivamente.
10. Editorial o autopublicación
He
probado con ambas y las dos opciones me parecen bien. Trabajar con
editorial, si tienes un buen editor, cosa difícil de encontrar,
resulta más cómodo, pero tienes que renunciar al control de muchas
cosas y debes hacerte a la idea de que hay más intermediarios entre
el lector y tú, lo cual, ironías de la vida, puede ayudarte a
llegar a algunos lectores que de otro modo no podrías alcanzar.
Autoeditarse implica, además de un esfuerzo monetario (porque tienes
que pagar un corrector, hacerte con ejemplares para vender en mano...
y eso que, al ser de marketing y tener conocimientos de diseño, yo
me ahorro el portadista, el maquetador y el publicista) implica que
no tienes más apoyos que tú mismo y que tienes que llegar al lector
sin la ayuda de una buena distribución. Pero tienes el control total
y todo el beneficio del libro lo recibes tú.
A
mí ambas opciones me parecen aceptables, así que uso una u otra en
función de las circunstancias.
Espacio
para añadir algo más
Solo
agradecer la entrevista e invitar a todo el que quiera saber algo más
sobre mí a mi web (deborahfmunoz.com), donde hay enlaces a todo lo
imaginable (desde mis relatos hasta mis crónicas de viajes, pasando
por las reseñas...), además de información sobre todos mis libros,
primeros capítulos, extras...
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